jueves, 8 de febrero de 2007

Shit happens


Entrar en una secta siempre es cojonudo. Aquellos primeros días, sabéis bién a los que me refiero, en los que todavía no nos hemos parado siquiera a oler la mierda, que la hay, y a espuertas.
Pero mi último experimento sociológico me ha salido rana, ya que ni siquiera me enteré cuando me empezaron a untar el ano. Lo recuerdo bién, como si fuera hace dos meses. El prior entró por la puerta de mi celda y se dirigió a mí sin tapujos:

- Señor katakrek, tenemos una misión importante para usted.

Mierda. Resulta que me tenía que adentrar en el Amazonas y terminar de convencer a los indígenas de que es mejor vivir 80 años hipotecado con corbata, que 35 fornicando con esos graciosos taparrabos multicolor.

- Pero señor - Espeté- No tengo aún muy claro eso de la palabra del señor, solo llevo tres meses con eso del voto de castidad, y ya me noto los calostros en el escroto...

- Nada, nada. En dos meses te convertiremos en un engulletruños de primera, no te preocupes.

Mierda. Mierda. Así que, dando mi vida por perdida, intento dejar estos escritos, legado cibernético de mis peripecias por el nuevo mundo, advirtiendo a los posibles incautos que intenten proseguir con mi Opus, una vez que las campanas redoblen por mí, prefieran aprovechar sus vidas para algo más constructivo, como por ejemplo:

- Encontrar pasajes apocrifos de la Biblia en el Ulises de Joyce.
- Demostrar que Tom Waits es un puto aficionado.
- Partirle la cara a Lars Von Trier.
- Hacer un retrospectiva actualizada del Origen de las Especies a través del cochino jabalín y la chocha perdiz.
- Aprender a componer reggaetton o ragaton o riguitawn o como cojones sea.
- Comerse a la vez un kilométrico de boomer y un polvorón almendrado.
- Explicar de qué cojones va Carretera Perdida de David Lynch.
- Conseguir su propio harén de virgenes y no estrenarlo nunca.
- O lo que se os ocurra coño, que se os tiene que masticar hasta el puré.

Pero, por lo que más queráis, nunca estudiéis ADE.